Espacios

Todas las dependencias de la Torre de la Barca se abren a esta galería cubierta, denominada El Mirador por las espléndidas vistas que desde aquí se tienen sobre Sierra Morena, el río Guadalquivir y la ciudad. Hay en este porche dos patios iguales, sombreados por limoneros, a la usanza de Córdoba, que se llaman de San Acisclo y de Santa Victoria, por los patronos de la ciudad, y dos fuentes blancas, también gemelas, que deben su traza y azulejos al artista Tomás Egea, presente siempre en la decoración e imagen de la Casa.

En cada extremo del Mirador podemos leer, en mosaicos de azulejos, dos cariñosas dedicatorias a Torre de la Barca de escritores amigos de esta Casa: Antonio Gala y el poeta Pablo García Baena.

En el Mirador y en la zona más próxima de La Era es donde suele servirse el aperitivo de las celebraciones al exterior, cuando hay buen tiempo. También en días de lluvia, guareciéndose el porche entonces con unas cortinas transparentes que permiten seguir contemplando la vista.